CBN. La primera reunión entre Sanchez y Torra después de la cumbre de Pedralbes celebrada en diciembre de 2018 ha terminado después de aproximadamente una hora y media en el Palau de la Generalitat y ha servido, tal como pretendía el Gobierno, para establecer las bases de la nueva etapa de diálogo entre ambos ejecutivos, al menos desde el punto de vista de los socialistas.
El presidente español ha fijado que el primer encuentro de la mesa de diálogo entre gobiernos -pactada por ERC a cambio de su investidura- se celebre durante este febrero, pero no se aceptará ni la autodeterminación ni la amnistía y no habrá una figura de mediador, tal como reclamaba JxCat.
Así lo ha explicado Sánchez en rueda de prensa tras la reunión, en base al documento Agenda para el reencuentro' que el socialista ha entregado a Torra durante la reunión.
Este documento establece que el nuevo espacio entre ejecutivos debe servir para encontrar "soluciones" al conflicto "en el marco de la ley y el respeto a la seguridad jurídica" y que satisfagan "una amplia mayoría de catalanes". Torra ha trasladado a Sánchez que estas soluciones serían -tal como pactar con los partidos y entidades independentistas- la autodeterminación y la amnistía de presos y exiliados, pero Sánchez ha avisado mantendrá el veto.
"Estas cuestiones demuestran que estamos en un diálogo que será largo y que no será fácil [...] muestran lo alejadas están las posiciones entre gobiernos", valoró Sánchez en la rueda de prensa posterior al encuentro. Ha dejado claro, en este sentido, que su gobierno no se moverá del 'no', especialmente en el caso del referéndum: "Soy un firme defensor del autogobierno de Cataluña, que aglutina más catalanes", ha dicho, añadiendo que no habrá mediación para que los mediadores serán los "47 millones de ciudadanos españoles, que serán testigos de un diálogo francoy sincero".
"Nos proponemos recomenzar, retomar el diálogo en el momento en que los caminos se separaron", dijo Sánchez, expresando su compromiso en iniciar la "negociación" con Cataluña y en dejar atrás la "judicialización". Una nueva etapa, dijo, que debe partir del "reconocimiento institucional", también en la línea de lo que pactó el PSOE con los republicanos. Así, expresó su "honor" de reunirse con el presidente de la Generalitat, cargo que ha querido remarcar en un momento en que PP y Cs piden la cesión del jefe de Gobierno tras haber sido condenado por desobediencia.
Sánchez ha sido recibido por los Mossos vestidos de gala en el Palau de la Generalitat -rodeado por un fuerte dispositivo policial pero sin gran manifestación- y ha encajado las manos con el jefe del Gobierno a las puertas del edificio, donde han accedido pasando por debajo del balcón con la pancarta 'Libertad de expresión y de opinión'. Ambos mandatarios han hecho entonces una fotografía en la Sala Gótica del Palau antes de entrar en la Sala de los Diputados. Aunque a priori la Moncloa insistía que Sánchez se presentaría a la reunión con sólo voluntad de escuchar, a última hora el socialista ha anunciado que expondría esta "Agenda para el reencuentro".
La Moncloa ha limitado así los temas a tratar durante la reunión, después de que Torra insiste a hablar de autodeterminación y amnistía de los presos. En el orden del día de Sánchez también había, entre otros, el apoyo ante las catástrofes naturales, como la borrasca Gloria. Fuentes del gobierno español señalaron este martes que la intención de Sánchez era escuchar sobre todo y no poner líneas rojas, pero el documento que ha entregado a Torra es ya un aviso para navegantes. La Moncloa teme que Torra pueda dinamitar los puentes creados entre el PSOE y ERC los últimos meses e intentar que el diálogo no salga adelante. Un diálogo imprescindible para que sobreviva la legislatura española en el Estado. Sánchez necesita ERC para la aprobación de los presupuestos generales del Estado.