viernes. 29.03.2024

El dueño de la finca donde murió Julen, el niño de 2 años que cayó a un pozo que carecía de permisos en Totalán, en Málaga, ha sido condenado a un año de prisión y a indemnizar a los padres con 180.000 euros después de declararse culpable de la muerte por imprudencia grave del menor tras haber llegado las partes a un acuerdo de conformidad para evitar el juicio, un año después del accidente.

La vista oral se ha celebrado en el Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga y el acusado, David Serrano, además de reconocer los hechos que le imputan el fiscal y la acusación particular, ha pedido perdón y ha asegurado que nunca quiso "que al niño le pasara nada".

Tras un acuerdo de conformidad, el magistrado ha dictado sentencia de forma verbal y ha estimado los atenuantes de reconocimiento tardío de los hechos y reparación parcial del daño.

El juez también ha acordado una indemnización para cada uno de los padres de 89.529,27 euros y para la Junta de Andalucía por los gastos del rescate del pequeño de 663.982,45 euros.

Inicialmente estaba previsto que el propietario de la parcela fuera juzgado durante seis sesiones por un delito de homicidio por imprudencia grave por el que le acusa la Fiscalía, que solicitaba inicialmente que se le impusiera una pena de tres años de prisión; y la acusación particular, en representación de los padres del niño, que pedía tres años y medio de cárcel.

Los hechos sucedieron poco antes de las 14:00 horas del 13 de enero del pasado año. Los servicios de emergencia recibieron un aviso de que un niño había caído por un pozo profundo en una finca en la zona del Dolmen del Cerro de la Corona, de dicha localidad de la comarca malagueña de la Axarquía, cuando estaba con sus padres y unos amigos.

Un operativo formado por bomberos, guardias civiles, expertos como ingenieros y mineros de Asturias; empresas relacionadas con la construcción, Protección Civil, Policía Nacional; coordinado por el delegado en Málaga del Colegio de Ingenieros de Caminos, Ángel García Vidal, llevó a cabo una operación de rescate "inédita en todo el mundo" de la que España estuvo pendiente de cada movimiento.

Las tareas de rescate terminaron 13 días después, a las 01:25 horas del 26 de enero, cuando los equipos accedieron al punto del pozo donde se buscaba a Julen y localizaron el cuerpo sin vida del niño a unos 71 metros de profundidad, debajo de un tapón de tierra que arrastró en su caída.

El fiscal, en su escrito de acusación provisional, incide en que el procesado "no había señalizado ni advertido" de la presencia de la prospección e insiste en que "era el único conocedor" de la existencia del pozo por el que cayó el pequeño, añadiendo que "los demás desconocían" la presencia del mismo ya que "apenas se veía". La acusación de los padres también achacó al acusado una "negligencia" que es "extremadamente grave" y una conducta omisiva.

Por su parte, la defensa del acusado y él mismo han venido señalando su inocencia. Así, los letrados del procesado han insistido en la "imposibilidad de haber previsto el riesgo" de que el niño cayera por esa prospección tan pequeña y han incidido en que avisó varias veces al padre del pequeño de la existencia de pozos.

Actualización: Un año de prisión para el dueño de la Finca en la que murió Julen