A sus siete años, Mikail Akar, es todo un descubrimiento en el mundo del arte y ya lo conocen en Alemania, su país, como el nuevo 'mini Picasso'. Sus obras están muy cotizadas; el precio de cada una de ellas ronda los 8.000 euros, aunque una de sus últimas producciones ha alcanzado los 11.000. Aun así, él no lo ve como una salida profesional a largo plazo y sueña, como muchos otros niños de su edad, con ser futbolista.
Su padre, Kerem Akar, descubrió su talento por casualidad, cuando Mikail cumplió los cuatro años. Para que dejara de jugar siempre a lo mismo (le encantan los Lego y los Playmobil), le regalaron pintura de dedos y un lienzo. Cuando Kerem vio la primera pintura de su hijo, el resultado era tan bueno que pensó que la habría hecho su esposa.
Tras comprobar que era del niño, le hizo una foto y la subió a las redes sociales. En 24 horas, se puso en contacto alguien interesado en comprarla. Pagó 100 euros y fue el pistoletazo de salida a todo lo que vendría después, con exposiciones individuales en las que vende todas sus obras.
Una vez alcanzada la popularidad, la familia ha cambiado radicalmente su vida. Los progenitores han dejado sus respectivos trabajos -como gerente de personal él y como profesional de la restauración, ella- y han fundado su propia agencia, a través de la cual llevan la representación de Mikail. Además, han podido mudarse a una casa más grande en la que han puesto a disposición de 'mini Picasso' tres habitaciones para que dé rienda suelta a su imaginación.
Muestran en vídeos que suben a Internet, para que no haya lugar a dudas, el proceso de creación de su hijo, que pasa por utilizar guantes de boxeo para producir algunas de sus pinturas, al más puro estilo 'action painting' (pintura de acción) de Jackson Pollock. No en vano, las obras de Mikail se podrían enmarcar dentro del expresionismo abstracto, movimiento artístico que abanderó el estadounidense.
Algunas de las obras en las que más se ha volcado este pequeño gran artista son los lienzos que creó para exponer en la fundación de Manuel Neuer, portero del Bayern de Múnich e ídolo cuyos pasos sueña con seguir. Mientras Mikael Akar se convierte en futbolista, su faceta como 'mini Picasso' le ha permitido codearse con Neuer y obtener pingües beneficios con sus obras.
En la exposición organizada por la fundación del guardameta alemán se han pagado los 11.000 euros de la que es, hasta ahora, su producción más cara, si bien los beneficios fueron íntegramente a una asociación infantil patrocinada por la entidad de Neuer.
