viernes. 29.03.2024

Albert Hughes Jr. colgó los guantes de boxeo en 1983. Sin llegar a ser un gran campeón, el ring nunca desapareció de su vida, hasta el punto de que tres décadas después se enroló en un sueño: convertirse en el púgil más veterano de la historia en disputar y ganar un combate de boxeo profesional.

Además de intentar entrar en el libro Guinness de los récords, el reto de Hughes era ayudar a su hijo, un exmilitar con serios problemas de adicción a las drogas. Junto a él se entrenó para ponerse a punto, pero la tragedia se cruzó por el camino: su hijo se hundió en una depresión y se suicidó días antes del combate. Obviamente, su padre se planteó abandonar el proyecto, pero fue precisamente por el joven fallecido por lo que decidió seguir adelante.

"Cuando se quitó la vida, pensé en no hacer el combate, pero luego me di cuenta de que en los últimos meses se mostraba tan orgulloso de mí... Así que finalmente decidió que tenía que participar. Me puse delante de sus cenizas y dije: 'Hijo, voy a hacer esto por ti, porque realmente querías'", relata Hughes Jr. al diario 'IndyStar'.

El resultado del combate fue de victoria. Hughes Jr. se enfrentó a Tramane Towns, un boxeador de 43 años cuyo balance en el cuadrilátero no puede ser peor: siete combates, siete derrotas. No obstante, sólo por la alegría del septuagenario, seguro que le mereció la pena volver a besar la lona.

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Un boxeador de 70 años vuelve al ring y gana en honor a su hijo fallecido