El mundo de la aeronáutica busca alternativas para minimizar el impacto medioambiental, en este caso, reduciendo el consumo del plástico de un solo uso. Una aerolínea ya ha anunciado que utilizará tazas comestibles en todos sus vuelos. Serán de bizcocho y con sabor a vainilla.
Esta compañía sirve 600 cafés cada mañana a bordo de sus aviones. Así que la idea es más que un pequeño gesto, que servirá de alivio a nuestros mares contaminados de tanto plástico, ese material que parecía perfecto cuando se empezó a fabricar en serie en el siglo XX.
Era barato, ligero, resistente, pero el plástico ha acabado convirtiéndose en uno de los mayores problemas para la supervivencia del planeta. Otra empresa, y además española le ha seguido los pasos y también quiere ponerse 'verde'. Ha creado pajitas comestibles, de hasta ocho sabores y las vende en 10 países.
La perspectiva para los científicos no es solo eliminar el plástico, también el CO2 de la atmósfera. Y reciclarlo como alimento o combustible. Por ejemplo, un grupo de investigadores israelíes han transformado una bacteria del estómago para que se alimente de CO2 y lo convierta en proteína.
