Alvaro Sánchez. Entrevistamos en Córdoba Buenas Noticias al Dr. José Gómez Barbadillo, quien mejor que nadie posee una visión completa de la medicina y de la clínica hospitalaria en Córdoba tras una intensa trayectoria en el Hospital Reina Sofía como médico y responsable de Unidad y hoy día en el Hospital San Juan de Dios. Su especialidad es la Cirugía Digestiva.
El Dr. Gómez Barbadillo se caracteriza por añadir a su intensa actividad laboral médica, la colaboración en misiones solidarias, como la que viene realizado en Centroamérica, tratando a personas sin recursos, a la vez que desarrolla una línea de publicaciones en blogs y colaboraciones muy enfocada al humanismo.
Es por tanto, un médico incorfomista en la obligada mejora de la gestión de la sanidad pública y comprometido con su misión, plenamente vocacional.
CBN.: Dr. Gómez Barbadillo, cuéntenos cuál es actualmente su actividad médica y hospitalaria diaria a la vez que por favor resúmanos su trayectoria profesional previa.
Dr. José Gómez Barbadillo (en el centro), con profesionales de su equipo
JGB: En la actualidad trabajo como Cirujano General y Digestivo en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba, con una dedicación preferente, aunque no exclusiva, hacia la cirugía del colon, recto y ano. Lo que me gusta de esta parte de la especialidad es que es una actividad medicoquirúrgica. Esto quiere decir que no todos los problemas que atiendo requieren una intervención quirúrgica sino que hay una parte importante de escuchar al paciente, diagnosticar, tratar por procedimientos diferentes de la cirugía y sobre todo aconsejar y hacer educación sanitaria. Para mí, la comunicación y la relación medico-paciente es una parte esencial del acto médico, y tanto el hospital San Juan de Dios con su visión humana y la parte de la medicina a la que me dedico me permiten desarrollar estos aspectos intangibles pero importantes de la práctica médica: la comunicación y la relación con el paciente y la asistencia médica desde un punto de vista integral.
Me formé como cirujano general y digestivo en el Hospital Reina Sofía de Córdoba entre los años 1994 y 1998. Tras un breve periodo de unos meses en el hospital Infanta Margarita de Cabra me incorporé al que considero el hospital donde me convertí realmente en Cirujano: el hospital de Andújar en Jaén. Siete años donde crecí y donde participé en un proyecto de hospital desde los puestos de cirujano, Jefe de Servicio y Director Médico. El hospital de Andújar dejó una impronta muy grande en mí. Allí aprendí el servicio y la orientación al paciente así como un interés por la gestión, la innovación y la mejora continua, aspectos que han marcado mi trayectoria posterior.
Sin embargo, mi interés por la Cirugía Colorrectal hizo que el hospital de Andújar se me quedara un poco pequeño. Si quería seguir aprendiendo y creciendo en este campo, necesitaba trabajar en un hospital universitario. Y así en 2006 me trasladé al Hospital Reina Sofía donde se me dio la oportunidad de crear una unidad de coloproctología. Fue un reto muy ilusionante. Dirigí dicha Unidad hasta 2014 y dejé el puesto después de ocho años porque creo que nadie es imprescindible y que las personas y las ideas deben renovarse. Continué dos años más de Jefe de Sección, colaborando con el Jefe de Servicio en labores de Gestión. En 2018 se me abrió la oportunidad de Trabajar en el Hospital San Juan de Dios y empecé de nuevo un proyecto que me permite introducir más aspectos de humanización, comunicación y cercanía a los pacientes sin los cuales la práctica de la medicina para mí, carece de sentido.
CBN. ¿Siempre desde pequeño sintió la vocación de ser médico, o fue un proceso meditado esa elección?
J.G.B.: Yo soy una persona muy polifacética. Siempre me ha gustado estudiar y saber de todo. Así que para mí era muy difícil decidirme por una carrera concreta, porque prácticamente todo me atraía. La decisión de estudiar medicina me llegó de pronto y de una forma tan súbita que lo recuerdo como si fuera ayer. En mi tercer año de B.U.P, el equivalente al actual primero de bachillerato, estaba una tarde en clase de Religión cuando en el libro de texto que usábamos leí la historia de Albert Schweitzer. Albert Schweitzer fue un médico francés que, fruto de su compromiso cristiano, decidió establecerse en el Africa Ecuatorial Francesa, en el actual Gabón, porque había leído en una revista de la Sociedad Misionera de París que numerosos nativos fallecían al año por falta de cuidados médicos. La vida de Albert Schweitzer fue ejemplar, recibiendo finalmente el premio Nobel de la Paz. Esa tarde, leyendo la vida de Albert Schweitzer, tuve la revelación súbita de que esa era mi vocación.
CBN. Dr. Gómez Barbadillo: Acumula una intensa y larga trayectoria en la sanidad pública y más reciente en la privada. ¿Qué ha aprendido o le ha enriquecido en una y otra?
JGB: En la Sanidad Pública me he hecho a mí mismo como médico y como cirujano. Del hospital Reina Sofía destaco el programa de formación tan extraordinario que tiene. He visto residentes que son capaces de tomar decisiones y realizar intervenciones delicadas con escasa necesidad de tutorización. Y los cirujanos que se forman en este hospital son muy valorados en aquellos centros en los que terminan trabajando. También destaco la capacidad de gestionar con recursos limitados y aún así, mejorar de forma continua. De la Sanidad Privada, valoro la posibilidad de tener mucho más presente los valores y expectativas de los pacientes. En el sistema público se ha avanzado bastante, pero la saturación y la presión asistencial con frecuencia lleva a procedimientos encaminados a solucionar lo inmediato a costa de sacrificar muchas veces la satisfacción del paciente. De mi etapa en el hospital Reina Sofía añoro la relación con la investigación y la docencia, especialmente esta última. Desde la vocación de servicio que me define me gusta ayudar, no sólo a los pacientes que buscan diagnóstico y tratamiento de los problemas que les aquejan sino también ayudar a futuros médicos y futuros cirujanos aportándoles los conocimientos y la experiencia que yo he ido acumulando a lo largo de los años.
CBN. Los médicos y profesionales de enfermería españoles, y un buen número de investigadores llevan tiempo saliendo de España es busca de una condiciones laborales y salariales mas dignas de las que poseen en la actualidad.
Cuál es su opinión al respecto? Están insuficientemente retribuidos los médicos y el resto de personal sanitario?
JGB: España es probablemente uno de los países donde las retribuciones a los profesionales sanitarios son más bajas. Y dentro de España, Andalucía está a la cola. Esto es consecuencia de un sistema sanitario con muchísimas prestaciones, y eso está bien, pero insuficientemente financiado. Es paradigmático señalar que ciudadanos británicos y alemanes con segunda residencia en la Costa del Sol vienen a operarse a España porque sus sistemas o seguros no tienen determinadas prestaciones que si tiene el sistema sanitario español. El sistema de las autonomías, que de por si es bueno, dio lugar en un momento dado a que las nuevas administraciones con competencias transferidas en Salud creasen sus sistemas sanitarios con financiación del estado y a veces con una carrera creciente para ver quien ofrecía mejores servicios y prestaciones. Vuelvo a insistir, eso es bueno. Pero cuando no se ha hecho un análisis de los recursos disponibles ello ha conllevado que muchas administraciones se endeuden y que en consecuencia la forma de mantener los servicios sin reducir prestaciones sea manteniendo unos salarios bajos para los profesionales. Y no sólo eso, sino que además, se ha limitado mucho la oferta anual de plazas. Esto explica de una forma grosera por que muchos profesionales se ven obligados a desplazarse a otros países donde además son enormemente valorados ya que tanto el sistema MIR en España, como el nivel de formación de la enfermería es extraordinario, de un nivel altísimo, desde luego nada desdeñable con el nivel que tienen en otros países de nivel socieconómico más alto.
CBN. ¿Qué significa para Vd. la medicina, especialmente desde la óptica de la relación médico-paciente? ¿Difiere en mucho la realidad actual de lo que entiende que debería ser?
JGB. Yo entiendo la relación medico-paciente como una relación basada en los conocimientos, la confianza y la competencia. El médico debe perseguir mantenerse formado, tanto en conocimientos como habilidades técnicas y transmitírselo al paciente generando en este la confianza de estar en las mejores manos posibles. Esto requiere una relación cordial, tanto con el lenguaje verbal como el corporal, asertividad, gestión de las emociones y sobre todo una profunda empatía, que quiere decir que desde la posición de médico entiendo lo que el paciente siente y puedo orientarme a satisfacer sus necesidades y expectativas. Es necesario escucha activa, escucha empática y habilidades de comunicación como herramientas para generar esa confianza. En alguna ocasión, algunos de mis pacientes me han expresado que tengo la capacidad de lograr que se sientan tranquilos antes de la intervención. Y creo que ese es el objetivo de la relación medico-paciente: generar confianza en el acerca de la competencia del médico y de encontrarse en las mejores manos posibles. Hoy día, en mi opinión hay dos grandes barreras o enemigos de esta relación: la excesiva tecnificación de la medicina que parece restar valor a la historia clínica. Confiamos excesivamente en las pruebas diagnósticas y en ese sentido prestamos menos atención a lo que el paciente nos cuenta. Y la segunda es la presión asistencial. Cuando tengo diez minutos para atender, diagnosticar y proponer un tratamiento a un paciente, lo que ocurre es que trato de acortar el diálogo y hacer una entrevista muy dirigida a síntomas y signos. Necesitamos ser más proactivos en la gestión de las consultas para poder asignar a cada paciente el tiempo que necesita en función del problema por el que consulta. No es lo mismo un paciente con un quiste sebáceo en la espalda en el que el diagnóstico requiere un periodo de tiempo mínimo y la mayor parte de la consulta se dedica a informar sobre un procedimiento menor con riesgos mínimos, que un paciente con cáncer de colon al cual, además de explicar con mayor detalle su diagnóstico y tratamiento, necesitamos gestionar una situación emocional adversa. La mayor necesidad que tiene este paciente es de información y apoyo emocional. Y eso requiere tiempo. Y podremos disponer de este tiempo extra si con otros pacientes que no lo requieren lo hemos ido ajustando.
CBN. Ultimamente se habla mucho de humanizar los hospitales y el trato con los pacientes y familiares, y se están adoptando algunas medidas. ¿Qué opinión tiene al respecto?
Hospital San Juan de Dios de Córdoba
JGB: Creo que se trata de volver a un lugar que nunca se debió haber abandonado. El origen de los hospitales se encuentra en la edad media de la mano del cristianismo y su opción por los que sufren. La medicina es servicio a un paciente que sufre y que necesita atención médica pero también apoyo emocional. Y eso se consigue prestando atención a pequeños detalles que no son diferentes a los que mantenemos en nuestras relaciones sociales. El poder de una mirada, de una sonrisa, de llamar al paciente por su nombre, de un contacto físico en el momento adecuado… Es ponerse en el lugar del paciente y tratar de entender cuales son sus necesidades. Lo resumen perfectamente los valores de la orden hospitalaria de San Juan de Dios: hospitalidad, calidad, respeto, responsabilidad y espiritualidad. La hospitalidad se define como la amabilidad y atención con que una persona recibe y acoge a los visitantes o extranjeros en su casa o en su tierra. En un hospital las personas acogidas son los enfermos. Toda cultura basada en la amabilidad y la atención con la que una institución sanitaria acoge a sus pacientes es una cultura de hospitalidad. Y esta hospitalidad se expresa en la calidad de la atención, en el respeto que merece cada persona por su condición de persona, especialmente los más vulnerables, y la enfermedad es una de las facetas más claras de la vulnerabilidad, en la responsabilidad con la que los profesionales sanitarios dentro del hospital desempeñamos nuestra misión y en la espiritualidad porque dentro de nosotros existe una dimensión transcendente que nos empuja a hacer el bien por nuestros semejantes. Por lo tanto, todo lo que contribuya a una cultura de hospitalidad, de tratar con amabilidad, atención, respeto y responsabilidad a los pacientes es humanizar los hospitales. Pero como digo, este es un camino de vuelta.
CBN. Entrando directamente en el ámbito más profesional ¿En sus más de dos décadas de especialista de Digestivo aprecia avances en el tratamiento de las enfermedades más prevalentes y en aquellas otras de tipo oncológico?
JGB: Desde el punto de vista de la cirugía digestiva, los avances en los últimos años han sido exponenciales. De cirugía a través de grandes incisiones en el abdomen hemos pasado a la cirugía laparoscópica, a la cirugía endoscópica o percutánea y últimamente a la robótica. Existe un empeño en reducir la agresión quirúrgica y este empeño está demostrado con menos dolor y una más rápida recuperación postoperatoria. Ese es el gran avance de la cirugía digestiva, una cirugía cada vez menos invasiva. Y de forma particular, la mejora progresiva de las habilidades quirúrgicas, muy relacionada con el sistema de formación MIR está consiguiendo reducir la mortalidad y las complicaciones asociadas a los procedimientos quirúrgicos. Hoy día se presta una gran importancia a los resultados, y la evaluación de estos a través de auditorías y sistemas de acreditación está consiguiendo mejorar espectacularmente los resultados de las intervenciones quirúrgicas.
En el campo concreto del cáncer se han logrado avances extraordinarios en el campo del cáncer de mama y del cáncer de colon, que no en vano son dos de los tumores más frecuentes y por tanto esta mejoría en los resultados beneficia a un gran número de personas en todo el mundo. En el caso de Cáncer de Recto, que es el tipo de cáncer al que más me dedico y en el que tengo más experiencia, la combinación de mejoras técnicas en la cirugía basadas en la investigación, la combinación de la cirugía con radioterapia en casos avanzados con alto riesgo de recaída y la investigación y desarrollo constante de nuevos fármacos quimioterápicos ha resultado en dos aspectos de gran valor. El primero, el cáncer de colon y recto se está convirtiendo en una enfermedad crónica. Pacientes con metástasis a distancia que hace años se considerarían en estado terminal, hoy viven 4, 5 e incluso 10 años. Y en algunos casos incluso se pueden conseguir curaciones combinando cirugía sobre las metástasis y quimioterapia. El segundo hito ha sido que gracias a la mejora de las habilidades técnicas y el desarrollo de nuevos procedimientos como la cirugía a través del ano, hay numerosos pacientes que hoy pueden ser curados sin necesidad de dejar un estoma, un ano artificial abocado a la piel de abdomen.
CBN. ¿Qué medidas o recomendaciones propondría, que estén bajo la discrecionalidad de cualquier persona para poder reducir la incidencia de determinadas patologías digestivas hoy día?
JGB. No puede dejar de insistirse en la prevención, tanto primaria como secundaria. La prevención primaria se centra el paciente sano y trata de corregir factores ambientales o estilos de vida que son negativos para la salud. Junto a recomendaciones de evitar estímulos tóxicos como el alcohol y el tabaco, la adopción de hábitos de vida saludables, con alimentación sana, ejercicio y descanso adecuados pueden reducir la incidencia de determinadas enfermedades digestivas. Por poner un ejemplo, la ingesta elevada de carne roja y productos cárnicos procesados se asocia a un riesgo aumentado de cáncer de colon y recto mientras que la ingesta de una dieta rica en fibra ejerce un efecto protector frente a esta enfermedad. Por otro lado, la prevención secundaria implica actuar mediante medidas de detección precoz cuando existe riesgo elevado. En personas que pertenecen a familias con miembros que han tenido cáncer de colon es conveniente realizar estudios con colonoscopia a partir de los 40-50 años para detectar pólipos incipientes que puedan extirparse mediante colonoscopia antes de crecer y transformarse en pólipos malignos. Finalmente, las campañas de detección precoz dirigidas a toda la población (mamografía en el caso del cáncer de mama, determinación de sangre oculta en heces en el caso de cáncer colorrectal, determinación de PSA en el cáncer de próstata, exámenes ginecológicos en el cáncer de cérvix uterino) pueden disminuir el impacto que tienen estas enfermedades reduciendo la mortalidad al detectar los tumores en estadios más precoces. Pero desde el punto de vista de la responsabilidad personal, es decir, de lo que cada persona por sí misma puede emprender, creo que es necesario hacer mayores esfuerzos en educación sanitaria para modificar estilos de vida insanos y perjudiciales.
CBN. Dr. Gómez Barbadillo: ¿Qué valoración hace del estado actual de la Sanidad en Córdoba?
JGB. La sanidad en Córdoba es francamente buena. En línea con el nivel de la medicina en el mundo occidental. Córdoba ha tenido la inmensa fortuna de contar con el Hospital Reina Sofía. La apertura del Hospital Reina Sofía en 1976 supone el desembarco en nuestra ciudad de jóvenes médicos procedentes de grandes hospitales como el García Morato de Sevilla (actual Virgen del Rocío) o La Paz de Madrid. Médicos jóvenes y brillantes, sin posibilidad de trabajar en los hospitales en los que se han formado y con una formación extraordinaria y ganas de trabajar y contribuir al desarrollo de la Medicina. La apertura del hospital supuso una transformación radical de la sanidad cordobesa catapultándola a la primera división nacional. Este primer impulso se ha mantenido hasta el presente gracias al sistema MIR y al excelente programa de formación postgrado del hospital Reina Sofía. Tanto en asistencia como investigación y docencia, Reina Sofía está en primera línea nacional. Año tras año la sanidad cordobesa ha podido enriquecerse con médicos especialistas recién formados que han mantenido esto que se ha dado en llamar el “Espíritu de Reina Sofía”. Pero además, ha sembrado de semillas nuestros hospitales comarcales que de esta forma también han sufrido una transformación. Figuras como el Dr. Pera en Cirugía General, el Dr. Concha en Cirugía Cardiovascular, el Dr. Suárez de Lezo en Cardiología y sobre todo en cateterismo, el Dr. Miño, ya fallecido, en Aparato Digestivo, y muchos más, son hoy referentes de una medicina de altísima calidad, y han creado escuelas que hoy perviven.
CBN. ¿Se atreve a apuntar posibles mejoras o líneas de trabajo para una mejor Sanidad para todos en el ámbito de nuestra ciudad?
El Dr. Gómez Barbadillo, en el transcurso de una intervención quirúrgica
JGB: Hace unos años dirigí un número monografíco sobre Cáncer y Cirugía en la revista de la asociación andaluza de Cirujanos. En la introducción afirmaba que si el siglo XX ha sido el siglo de la atomización y superespecialización de la cirugía, el siglo XXI debe ser el siglo de la integración y la sinergia. Creo que la medicina en general y en Córdoba en particular, debe superar la tendencia a la separación y la disgregación. Hemos convertido la asistencia sanitaria en parcelas separadas en función del órgano que este enfermo. En mi opinión es necesario superar esta visión fragmentada de la persona, porque quien esta enferma es una persona no un órgano. Y hoy empezamos a atisbar las relaciones entre unos órganos y otros y las relaciones entre los aspectos emocionales y la salud física. Creo que hay dos retos importantes. El primero es éste: considerar la totalidad de la persona a la hora de abordar una enfermedad y su tratamiento. Considerar la persona como la suma de elementos corporales, emocionales, mentales, espirituales y sociales sabiendo que todos ellos influyen en la salud y que un abordaje correcto de la enfermedad a veces requiere considerarlos en su conjunto. Y volvemos de esta forma al tema de la humanización de la medicina. El segundo, recuperar la visión de trabajo en equipo. Integrar y compartir todos los trabajos en un equipo al servicio de la persona enferma. Y esto implica la coordinación y colaboración entre servicios y hospitales, trascendiendo a veces la competitividad que existe entre distintos servicios y hospitales. Superar la cultura de identidad para empezar a trabajar en redes. La coordinación entre atención primaria y hospitales, entre hospitales comarcales y el hospital Reina Sofía y la colaboración entre hospitales públicos y privados es un reto que Córdoba debería plantearse seriamente.
CBN. Hace relativamente poco tiempo abandonó su trabajo en el Hospital Reina Sofía de Córdoba para responsabilizarse de una Unidad del Hospital San Juan de Dios. ¿Qué diferencias ha encontrado en uno y otro hospital?
JGB: El hospital Reina Sofía es un hospital de vanguardia, con las últimas tecnologías, muy enfocado en investigación y con un componente científico importante que se complementa perfectamente con el Instituto de Investigación Biomédica (IMIBIC) y la Facultad de Medicina. También es un hospital que atiende a una población importante, (más de medio millón de personas) y muy influyente en poblaciones cercanas como la provincia de Jaén. Esto hace de este hospital un hospital puntero y de vanguardia. Sin embargo, también supone una presión asistencial muy elevada lo cual junto con la dedicación de numerosos especialistas a proyectos de investigación, hace que en cierta forma sea un hospital en el que los aspectos humanos y relacionados con la comunicación medico-paciente están más descuidados. La elevada presión asistencial condiciona también demoras más elevadas, aunque el hospital Reina Sofía es de los hospitales andaluces de su nivel el que mejor ha gestionado sus listas de espera. Una de las consecuencias más llamativas de esta elevada presión asistencial es la falta de una atención personalizada. Se ha diluido la atención por personas en la atención por equipos. Una de las cosas de las que los pacientes se quejan más es que muchas veces no identifican quien es su médico y temen que cada día pase una persona diferente generando desigualdades en el tratamiento y confusión en los pacientes. En la sanidad privada esto no ocurre. Es el paciente quien elige al médico que quiere que lo trate y existe una mayor complicidad entre médico y paciente. Parece como si vanguardia y desarrollo tecnológico y científico fuerna en contra de atención personalizada. Y no debería ser así. El sistema público debería ser capaz de combinar su enorme capacidad de desarrollo tecnológico e investigador con la satisfacción de la expectativa de los pacientes de tener un médico responsable de su atención, tenerlo identificado y contar con él en cada momento en que haya que tomar decisiones importantes acerca de su tratamiento desarrollando esa confianza en la competencia del médico a la que me he referido anteriormente.
CBN. Dr. Gómez Barbadillo. ¿Tiene algún reto u objetivo vital o profesional por cumplir los próximos años?
JGB. Me gustaría desarrollar una Unidad de Coloproctología moderna, organizada y referente dentro de la medicina privada cordobesa. Esta parcela de la medicina afecta a muchísimas personas y existe una gran desigualdad en la atención recibida en función del grado de formación de los cirujanos cordobeses que la desempeñan dentro del sistema privado. La Coloproctología es hoy día un área de conocimiento muy consistente dentro de la especialidad de Cirugía General y Digestiva existiendo cirujanos en todo el mundo que se dedican de forma exclusiva a ella. Ello ha hecho que en este momento existan grandes avances en todas las áreas que incluye esta área de conocmiento: nuevos tratamientos para la enfermedad hemorroidal, la fístula anal es un campo muy complejo poco familiar a muchos cirujanos, la detección precoz de neoplasias anales es una demanda creciente ya que hay grupos de riesgo donde esta enfermedad es muy prevalente y se puede detectar y tratar a tiempo, la especialización en cirugía del cáncer de recto que disminuya el número de estomas en los pacientes tratados, los avances en cirugía laparoscópica, procedimientos diganósticos como manometría, ecografía anal tridimensional, ecodefecografía, los avances en el campo de la incontinencia fecal y el estreñimiento… todas estas líneas de trabajo quedan muy lejos de la formación y del trabajo de un cirujano general y digestivo convencional. Y eso es lo que me gustaría aportar a la sociedad cordobesa.
También, en el ámbito de la comunicación, desde hace tiempo albergo la idea de desarrollar el aspecto de la comunicación en el ámbito de la cirugía. Existen testos referentes y muy buenos sobre comunicación, generalmente en el ámbito de la atención primaria y la medicina de familia. Sin embargo, la práctica de la cirugía tiene matices muy diferentes a la de la medicina fmiliar y comunitaria. La comunicación medico-paciente no se limita a una consulta sino que hay que informar antes y después de una intervención. Y posteriormente todos los días durante el curso postoperatorio. Y cuando aprecen complicaciones y hay que dar noticias en un entorno de ansiedad e incertidumbre. Ese es mi segundo gran sueño: profundizar y desarrollar en el ámbito de la comunicación y relación médico-paciente dentro del mundo de las especialidades quirúrgicas.
CBN. Por último, y en el ámbito más personal, y siendo un medio el nuestro de buenas noticias, qué mensaje en positivo puede trasladar a las personas que le leen en este momento acerca de la medicina, la salud o la sanidad,
JGB. Creo que estamos en un momento dorado de la sanidad. Existen buenos especialistas, existen buenos hospitales, la investigación en medicina avanza a un ritmo vertiginoso… La prueba es el aumento progresivo de la esperanza de vida en los últimos años que ya se acerca a los 90 años. Creo que todos tenemos la percepción de que cada vez hay más pacientes octogenarios que tienen una excelente calidad de vida. España tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo. Cualquier español puede ser tratado de cualquier enfermedad con estándares de calidad similares a de otros países desarrollados. El sistema sanitario publico español permite que un cordobés sea atendido de cualquier enfermedad. Si no existe posibilidad de tratamiento en su hospital, se le trasladará a otro hospital donde sea posible su tratamiento. Con frecuencia existe queja y malestar por las demoras y a veces por el trato recibido. Sin embargo, por encima de todo, y aún siendo necesario mejorar algunos aspectos, la atención sanitaria que se presta en Córdoba es de una calidad extraordinaria. Yo que he viajado a países de Centroamérica y he trabajado allí en proyectos de cooperación, puedo dar fe de que mayor parte de los habitantes de este planeta no tienen al alcance una asistencia pública universal y gratuita. Y cuando sales de este mundo y ves la realidad de otros países entonces empiezas a valorar el privilegio que tenemos en España.
La sanidad privada permite al paciente elegir el médico que quiere que lo trate. Y en Córdoba, está garantizado una atención con los mismos niveles de calidad que en el sistema público. Sin embargo, las personas que carecen de recursos y no pueden permitirse acudir a la asistencia privada, van a recibir una asistencia de calidad igual de elevada.
Hoy día, el derecho a la Salud en nuestro país es un derecho consolidado. Y eso, de verdad, que viendo como está la mayor parte del planeta, es un privilegio.
¡Muchas gracias por su colaboración, Doctor!