CBN. El Parlamento británico ha aprobado la enmienda presentada por el diputado Oliver Letwin que obliga a la Cámara a acordar antes la legalidad del nuevo pacto. Una vuelta de tuerca más que presiona al Gobierno para posponer la firma más allá del 31 de octubre. Con 322 votos a favor y 306 en contra, la enmienda ha sido aprobada dejando a la cámara y a todo el país con la incertidumbre con la que empezaba la jornada.
En el arranque de la sesión parlamentaria, el primer ministro británico ha elogiado a sus vecinos europeos: "Hoy esta cámara tiene la oportunidad histórica de mostrar la misma amplitud de miras que nuestros vecinos europeos”. Además, ha vuelto hacer mención de lo que para él va a suponer una salida: “Este acuerdo prevé un verdadero Brexit, que retoma el control de nuestras fronteras, de nuestras leyes, de nuestro dinero, que enmarca la pesca y el comercio. "Es la mayor restauración de la soberanía nacional en la historia parlamentaria".
Aunque consiga los apoyos, Johnson se enfrenta a la posibilidad de que no se llegue a firmar antes de la fecha límite del 31 de octubre. Diputados conservadores y laboristas han presentado este sábado una enmienda en el parlamento que impede que se lleve a cabo la firma, sin antes aprobar la legalidad del Brexit.
Johnson no las tiene todas consigo. Ha perdido el apoyo de los 11 diputados unionistas que ya anunciaron que no respaldarían el acuerdo. Además, aseguraron que tratarían de convencer a otros diputados para votar en contra. Algunos medios británicos aseguran que Johnson se quedaría a diez votos de aprobar el texto. Johnson necesita tener 320 síes para que salga adelante.
El líder laborista, Jeremy Corbin, acusó al primer ministro de estar engañando a los diputados que respalden el acuerdo. Además, ha hecho hincapié en que el nuevo pacto mina los derechos de los trabajadores, además de rebajar drásticamente los estándares medioambientales en un momento de crisis climática: "Este acuerdo sería un desastre para los trabajadores. Golpearía la economía, costaría puestos de trabajo y tiraría los derechos de los trabajadores río abajo".
La cámara de los comunes tiene 650 miembros, aunque no todas las sillas cuentan para formar mayoría. Once de ellas se descartan, siete pertenecen al partido republicano irlandés que no acude a la votación y cuatro al presidente de la cámara y a la mesa del parlamento.
