sábado. 20.04.2024

El 1 de octubre de 1999 la pequeña Yulia Moiséyenko, quien tan solo contaba con 4 años de edad, viajaba con su padre en tren por su país natal, Bielorrusia, realizando el recorrido entre la capital, Minsk, y la localidad de Osipóvichi.

El padre asegura que bebió más de lo debido y se quedó dormido durante el trayecto, pero cuando despertó se encontraba solo, su hija había desaparecido. Los progenitores de Yulia interpusieron una denuncia en la comisaría de policía, denunciando la desaparición de la niña. Durante meses el país entero se volcó en la búsqueda de la menor, pero no dieron con su paradero.

Dieciséis años después de aquel suceso, se ha vuelto a reencontrar con sus padres biológicos y Yulia, quien reside en la ciudad rusa de Riazán, ha contado lo que ha vivido durante todo ese tiempo, según cuentan medios locales.

Yulia no recuerda con nitidez cómo acabó en la estación de la ciudad de Riazán, lugar donde fue encontrada por las autoridades y después dada en adopción. La familia adoptiva recuerda que cuando llegó a la familia les contó que unas personas la llevaban de casa en casa pidiendo limosna, personas que la decían que debía evitar llamar la atención de la policía.

Ya de mayor intentó buscar a su familia biológica sin éxito, pero hace pocos días fue el novio de Yulia quien dio con el paradero de sus padres buscando artículos y noticias de la época sobre niños de 4 años desaparecidos.

La joven se puso en contacto con la policía bielorrusa, quien le facilitó los datos de sus verdaderos padres. Una vez en su país natal, las autoridades tomaron unas muestras de saliva de la joven de sus padres para confirmar la identidad, resolviendo así uno de los casos de desaparición más llamativos de la época.

Unos padres pierden a su hija con 4 años y la encuentran con 20