jueves. 28.03.2024

Juan José Pérez-Borbujo. Me gustan las buenas noticias. Siempre he pensado que nos las merecemos. Las merecen los que trabajan por darlas y los que hacen méritos por recibirlas. Gracias Buenas Noticias. Gracias por hacerme partícipe, gracias por permitirme colaborar en algo en lo que creo firmemente: hacer algo por los que me rodean, aportarles algo positivo, un pensamiento, un sueño, una idea.

El hombre está aquí para ser feliz, dichoso, rebosante de alegría. Y a la dicha, a la felicidad, a la que todos aspiramos contribuyen muchas cosas. Las que me interesan son las materiales. Pero las materiales que apelan a nuestra alma, al espíritu: la belleza de un edificio, la harmonía de una composición, la luz de una calle, el viento en un parque... La ciudad. La ciudad feliz como la retrataba Fritz Lang en la película de 1926, Metrópolis.

Soy arquitecto y urbanista. Esa fue para mi una buena noticia. Y hoy más que nunca. Es parte de mi ser y de mi vida. Me siento feliz por mi manera de ver el mundo que me rodea, por la perspectiva y con ella el relieve y la topografía del paisaje. Del paisaje de mi tierra. Recuerdo esa imagen de infancia de la naturaleza transformada a los pies de Sierra Morena en la ciudad de Medina Azahara.

Cada día me fascina más el medio natural en el que vivo. La vegetación, la flora, la geología, los colores de las tierras arcillosas o las margas, las rocas calizas o calcáreas...Y también recuerdo esa naturaleza transformada en ciudad.

A temprana idea perdí de vista ese horizonte natural de valles, vaguadas y montañas y fui a convertirme en arquitecto a los Países Bajos. Son realmente bajos. No hay nada que interrumpa la línea del horizonte y echaba de menos las cordilleras, las líneas de los macizos montañosos, las colinas.

Holanda era la naturaleza transformada. Ya lo dicen sus habitantes: Dios creo al mundo y Holanda los holandeses. Y es que la ciudad es la extensión del acto divino de la creación. El hombre crea, hace algo inspirado en el su espíritu y transforma lo más perfecto para adaptarlo a sus necesidades y allí ser feliz.

La Deutscher Werkbund fundada en 1907 por el arquitecto alemán Hermann Muthesius, con Peter Behrens en Fritz Schumacher sirvió de motor al movimiento moderno. La transformación de la ciudad y el nuevo hombre industrial con sus necesidades. El acto de creación se sustituye por el acto de fabricación.

Es llamativo que el concepto de la arquitectura del momento determine la fisonomía de las ciudades que habitamos. Que el movimiento moderno este presente en la ciudades de todo el mundo conviviendo con medinas o casco históricos como los que me encuentro en mi último viaje a Tánger tan alejados de Alemania y de la fabricación industrial.

Pero la arquitectura y el urbanismo son parte de la cultura y del arte y precisan estudio, explicación y educación como la música y la pintura. ¿Es en la clasificación del renacimiento la arquitectura el tercer arte?¿Por delante de la música, de la danza o incluso de la poesía?

La arquitectura se enseña, pero no se debe enseñar sólo a los arquitectos. Es cultura y hay que mostrarla y explicarla. Los patios de Córdoba como patrimonio inmaterial de la humanidad son arquitectura y son ciudad, contribuyen a la felicidad y se deben explicar no sólo como historia sino como transformación, como fragmento de nuestra ciudad. Como arquitecto me gusta hablar y hacerme entender, contar la razón de ser de un edificio o de una ciudad. El grupo de Stijl en 1917 abogó por un estilo universal y es que hay una belleza universal en nuestra arquitectura que nos cautiva, nos embelesa y nos hace ser más felices.

El hombre, el arquitecto y la ciudad